lunes, 23 de junio de 2014

¿Adiós a los asados?


La primera vez que lo escuché pensé que era un chiste, que habían sacado de contexto al Sr. Intendente, que se había adelantado el día de los Inocentes al solicitar a los capitalinos que no prepararan asados en los días de partidos de la selección chilena, pero no y eso, queridos lectores, es como pedirle a los chilenos que dejen de ser chilenos.

Después de la tira de memes que comenzaron a circular por las redes sociales, se supo que había un trasfondo científico en la petición de Orrego: una parrilla mundialera, con los amigos alrededor, hambrientos de goles y choripanes, contamina lo mismo que un transporte público en un día de recorrido. O sea, !nos cagaron!

Por el momento, sólo es una solicitud que apela a nuestra buena voluntad para que preparemos un guiso de pollo en la cocina en vez de un costillar de chancho en el balcón. Sin embargo, deberíamos asustarnos ante la posibilidad de que pronto salga una normativa con su respectivo listado de multas y un papelón del Ministerio de Salud dedicado a fiscalizar el tamaño de nuestros asados.

Y aquí será donde comenzarán los problemas: ¿de qué modo medir la calidad del humo de un asado?, ¿por el tipo de carbón? Me tinca que quienes le colocan un trocito de madera para darle un toque ahumado al embeleco son los que pagaran penas más largas en la cárcel.

Obviamente se vendrán las largas filas para solicitar el respectivo permiso para el asado de 18 o año nuevo. Ojala que sea transferible si no lo ocupo.

Pero creo que la clave estará en el corte. No es lo mismo los dos minutos por lado de un medallón de lomo liso, que la maratón parrillera de un cordero magallánico que consume el mismo carbón que una locomotora. Con un delito de tamaña envergadura, no podemos descartar un operativo del OS-7 descolgándose por la terraza desde los helicópteros.

Al menos yo vivo en el ventilado sur del país, pero "ley pareja no es dura" sostendrá la autoridad antes de enviarnos a la Policía de Asados (PA) y comenzara la pelea por ese costillar que es mío y me lo quieren quitar.


lunes, 16 de junio de 2014

Todo por un balón


No es fácil hallar algo que cause un efecto tan especial o potente en la mente humana, particularmente en la masculina, como un simple balón. Chile entero puede paralizarse o abandonar sus puestos de trabajo más temprano sólo para ver a 22 sudorientos y, habitualmente, mal peinados jugadores que corren detrás de una pelota por 90 minutos. Es la terapia que anestesia los dolores, el alimento del pueblo, el antidepresivo que no requiere receta. Y ni hablar del entretiempo. Si hasta nos volvemos más productivos cuando triunfa la roja tuya y mía.

Los pueblos y países se forman de acuerdo a sus éxitos o fracasos. Las victorias militares, las gestas épicas y las batallas en donde se defiende la bandera pagando con la propia vida marcan indeleblemente el corazón nacional. El fracaso o la cobardía, por otro lado, desmoralizan. El pueblo celebra con vítores la entrada de las legiones triunfantes. O el pueblo llora desconsolado al haber sido arrasado por el enemigo. Es el orgullo herido ante la impotencia de no haber sido capaces de dar pelea.

Hoy los deportes recogen mucho de eso. El carácter nacional se vuelve fuerte cuando se logran éxitos deportivos. Esto se traduce también en la autoestima social, por así llamarlo. Es más, me atrevería a decir sólo una teoríaque incluso el valor del país (como activo) puede cambiar, con un efecto en el tipo de cambio. Esta tesis se la dejo a un economista de tomo y lomo. Más de alguno debe haber… Yo me pregunto si, dejando todas las otras variables constantes, ¿vale lo mismo un país después de ganar una copa Mundial, por ejemplo? Es que son evidentes las externalidades positivas de los éxitos deportivos. Bueno, y del deporte en sí mismo.

En consecuencia, no es de extrañarse que el deporte deba tratarse como un tema de Estado y de políticas públicas. No puede esperarse que el sector privado cargue con todo el peso de la inversión básica necesaria. Posiblemente se transformará en un actor relevante, pero sólo una vez que el negocio tenga perspectivas reales. La existencia de mecenas del tipo “farkiano es positivo, pero no suficiente. Lo que debe entenderse es que, para entrar al círculo virtuoso de un país “productor” de buenos deportistas, es necesario invertir con tutti, siendo el Estado el que tiene que pavimentar el camino inicial. Es un tema muy importante para el pueblo, la gente como para dejarlo al azar.

El gobierno actual ha hecho algunos avances y mostrado un real interés, sin embargo el nivel de inversión sigue siendo insuficiente. Si el mismo caso del gimnasta González dejó al descubierto la precariedad del esfuerzo. La inversión debe ser acorde a las metas que se propongan, las que no tienen por qué no ser ambiciosas: tener a nuestros representantes en lo más alto de la elite deportiva mundial y posicionar al país como posible sede de torneos de primer nivel. ¿Por qué no unos juegos olímpicos? Si para ratoneos no se necesita mayor esfuerzo y basta con el status quo. Todo esto debe acompañarse con un plan moderno que se ejecute por gente competente. Esto puede ser más complicado…Necesario sería traer expertos extranjeros, ajenos al cuento político local. ¡Ah!, y la intervención de casi todas las federaciones deportivas actuales, ¡por rascas!

jueves, 12 de junio de 2014

Lovemarks


NUESTROS CLIENTES ¿nos extrañarán?

 
Hace algunos años la leyenda en publicidad Robert Kevin – autor de Lovemarks – retó a los líderes empresariales de su país a que se preguntaran si sus clientes realmente los extrañarían si se iban a la competencia y, de ser así, por qué. Piense en esto un momento: ¿por qué un cliente extrañaría a una empresa?

·     Una causa podría ser que ofrece un servicio tan exclusivo que no puede ser ni remotamente remplazada por sus rivales. La BMW cae en esta categoría, así como Ritz-Carlton o Emirates Airlines. Pero ¿cuántos productos o servicios hay verdaderamente únicos?

·     También se podría extrañar a una empresa que haya creado un sitio de trabajo dinámico entre sus empleados, dinamismo que se transmite en la atención al cliente y quizás éstos tendrían problemas para encontrar un ambiente similar en otro lado cuando necesita atención de pre o post venta. Pero ¿cuántos lugares de trabajo hay que sus clientes realmente echarían de menos a una empresa por el grato ambiente laboral que de ella se percibe?

·     O se podría extrañar a una empresa que haya forjado una conexión emocional única con sus clientes, esto es, una relación basada no solo en valor económico sino en los valores con los que se conduce la firma. Apple, por ejemplo, es una marca seguida con pasión en el competitivo  mercado tecnológico.

Pocas empresas cumplen cualquiera de estos tres criterios, lo que explicaría el por qué hay tantas empresas que están día a día trabajando incansablemente por retener a sus clientes.

Pero en un mundo de competencia ininterrumpida y opciones inagotables, ¿cuántas firmas hay que hayan creado, en palabras de Kevin Roberts, "amor registrado": un servicio que inspire "lealtad más allá de la razón"?


Mi mensaje: Si sus clientes pueden vivir sin usted, eventualmente lo harán. (El Cliente es el ser más infiel del planeta)

Su desafío: Si enfrenta a sus clientes de la misma forma que todos los demás, nunca mejorará. (Si su producto o servicio no es único en el mercado, hágalo único: Incorpore Valor Agregado)

Nuestro tema apremiante: ¿Algún cliente nos extrañará si se va a la competencia?

miércoles, 11 de junio de 2014

El primero

Intro


No sé si tengo dedos para el piano como escritor. Quizás sea un don escondido o bien éste sea otro intento fallido por desarrollar alguna habilidad oculta. Se me viene a la mente una frase de Rilke: "Si usted puede vivir sin escribir, no escriba".

He decido escribir tantas cosas como el tiempo disponible me lo permita, y tal cual se me vengan a la cabeza, después de todo esto es una ciber vitrina que todos pueden ver y no necesariamente gustar. Si le agrada, quédese; sino, siga adelante, pero no la rompa.




Pues bien, me lanzaré a la aventura de ser un blogger más de este cibermundo llamado Internet, a ver cómo me va.

Y ya sabe, acá encontrará de Tutti Quanti